Amo retratar a los niños, tanto en situaciones cotidianas y familiares, como en escenarios mágicos, contando historias de cuento y fantasía… Pero también, sé que el más bello registro de nuestras existencias, es aquel capaz de reflejar la dulzura y la nobleza de relaciones tan íntimas y trascendentales como la maternidad, la paternidad, el amor de hermanos, los abuelos... Creo que lo más maravilloso de nuestra profesión es que, con nuestro trabajo, somos artífices de esas imágenes que seguramente integrarán el más preciado legado familiar.

A través de mis fotos, busco capturar esos momentos únicos, congelar instantes para que sus protagonistas puedan volver a ellos, recreándolos a partir de esos recuerdos, construir esas memorias que se atesorarán por siempre.